El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial. Este virus ataca al sistema inmunitario y debilita los sistemas de defensa contra las infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias, impide el funcionamiento normal de la inmunidad, por lo que la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia, hasta llegar a la fase más avanzada de la enfermedad: el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). El virus se transmite a través de sangre, semen, secreciones vaginales y rectales y leche materna.
Según la OMS, el VIH se ha cobrado ya casi 33 millones de vida. El diagnóstico precoz de VIH es muy importante ya que muchas personas que, transmitiendo la infección, son asintomáticos y otros que, siendo sintomáticos, en ocasiones no buscan asistencia adecuada por temor al estigma o no tener una percepción clara del riesgo de padecer el virus.
No obstante, el desarrollo de los tratamientos clínicos para los pacientes con VIH ha evolucionado de forma espectacular, lo que ha supuesto variaciones trascendentales en el pronóstico de la enfermedad, en su evolución y en la utilización de los recursos sanitarios. Los avances en los tratamientos en la atención sanitaria han convertido la infección por VIH en una enfermedad de curso crónico en el mundo occidental y actualmente la calidad y esperanza de vida de las personas con VIH podrían equipararse a la de la población general.
Los tratamientos antirretrovirales actuales están enfocados a disminuir rápidamente la carga viral de la persona infectada a una concentración que no se pueda detectar y evitar lo más pronto posible la destrucción de los linfocitos CD4. Una carga viral indetectable significa que las personas con VIH no tienen riesgo alguno eficaz de transmitir el virus.
Existen multitud de ensayos clínicos sobre la infección de VIH/SIDA enfocados a encontrar mejores formas de prevención, detección o tratamiento. Actualmente, los fármacos contra el VIH en fase de investigación son tratamientos orales y vacunas, ambos para evitar la infección o para tratar la infección. Aquellos pacientes que participen en un ensayo clínico reciben una atención médica regular y cuidadosa del equipo investigador por lo que, desde mi experiencia clínica en este campo, los pacientes reciben un trato especial y personalizado. Además, es muy gratificante ver que, según se desarrolla el estudio, tanto el paciente como el equipo van observando que los tratamientos en investigación funcionan.
A día de hoy la infección por VIH continúa siendo un estigma y está presente el desconocimiento y el miedo a la infección. En los ensayos clínicos se crea un vínculo estrecho entre el equipo investigador y paciente, no sólo de ver la mejoría en su estado de salud y calidad de vida, sino también el acompañamiento psicológico y poco a poco la asimilación de su nueva situación de salud.
Todo esto no se conseguiría sin tener una base y organización de todo el equipo investigador y servicios implicados del hospital para ejecutar los estudios. Con esto se garantiza una atención de calidad y llevar a cabo de forma óptima los protocolos establecidos en las diferentes líneas de investigación para combatir la infección por VIH.
Raquel Sandoval
Coordinadora de Ensayos Clínicos
Servicio de Enfermedades Infecciosas
Hospital Clínico San Carlos (Madrid).
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Curiosidades del 1 de Diciembre de 2020 sobre Ensayos Clínicos:
La Fundació Lluita Contra la Sida empieza hoy el reclutamiento de voluntarios para un ensayo de una vacuna preventiva contra la VIH-1. Para más info consultar aquí.
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