Hola!
Me han pedido que escriba un post sobre una idea que se me pasó por la cabeza ayer y que cometí el error de decir en voz alta. Por “bocas” aquí estoy. Escribiendo.
Ya me conocéis, hice mi primera aparición en el post “Entrevista a Cristina Fernández”, ahí ya comentaba que la vida da muchas vueltas y que más vale tarde que nunca. Pues bien, de esto voy a hablar hoy.
Hay muchas personas que en el instituto o incluso desde el cole ya tenían claro lo que querían ser de mayor. Otras tantas, quizá más, se encuentran en 2º de Bachiller con un gran problema a la hora de decidir qué camino seguir. Prueba superada, muy bien. Hemos llegado a la universidad, estamos estudiando una carrera de ciencias de salud (farmacia, enfermería, biología, biotecnología, bioquímica…) y estamos disfrutando de lo que hacemos, de la vida en la uni y de la “despreocupación” pero van pasando los años y se acerca el momento de enfrentarnos a la misma pregunta: ¿Y ahora qué?. Termino el grado y tengo que hacer un máster, no? Pero, ¿para qué? ¿y si no lo hago? O peor! Elijo uno y resulta que me he equivocado. Bien, para eso estamos aquí, para plantear una profesión muchas veces desconocida: Study Coordinator o coordinador de ensayos clínicos.
Si te gusta la investigación científica en su parte biomédica, te encantaba la medicina pero no te veías trabajando en un hospital o quieres “ayudar desde dentro” este es tu sitio. Ahora bien, ¿cómo llego hasta él?
Es conveniente continuar la formación en temas relacionados con la salud: biomedicina, biotecnología, salud pública o monitorización de ensayos clínicos. El inglés, si eres de los de “no me gusta el inglés” tenemos un problema ya que vivimos en un mundo globalizado y la mayoría de los EECC serán multicéntricos, es decir, tendrán lugar en muchos países distintos y el idioma común será el inglés. Si se puede ampliar el CV con otro idioma con alemán o francés pues genial pero el inglés es esencial.
En cuanto a las características más personales, es importante ser una persona organizada pero con buena capacidad de adaptación y autonomía. No se puede olvidar que es un trabajo que implica trato con pacientes, personas enfermas en mayor o menor grado y también hay que saber enfrentarse a distintas situaciones o personalidades.
Por último y no menos importante, capacidades ofimáticas, vas a pasar muchas horas delante del ordenador trabajando con documentos Word, hojas de cálculo… pero sobre todo, con bases de datos en distintos formatos (online, propias, más visuales, menos visuales…) y es necesario aprender a manejarlas todas así como a discernir “la paja” de lo importante en las montañas de datos a las que te enfrentarás.
¡Espero que todo esto te haya sido de utilidad¡!
Cristina Fernández Coordinadora de ensayos clínicos de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital de Manises
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